miércoles, 21 de octubre de 2015

Sistema singapurense vs. español

Singapur, en los últimos 40 años, ha pasado de ser una colonia inglesa con pocos recursos y elevados índices de analfabetismo, a ser un estado independiente, a la cabeza mundial en economía de mercado (9º país del mundo en ingresos per cápita) y resultados en diferentes pruebas de aptitudes académicas (especialmente en matemáticas y ciencias). ¿Cómo ha sido posible este cambio?

En el momento de su independencia de Inglaterra, Lee Kwan Yew (fundador de Singapur) consiguió que se consolidase como centro de comercio mundial, mediante la implantación de escuelas bilingües, priorizando el estudio del inglés y relegando a un segundo plano la lengua materna.

En este país se entiende que la educación es una cuestión de supervivencia puesto que Singapur es un estado vulnerable debido a su pequeño tamaño geográfico, elevada densidad poblacional y sobretodo, escasez de recursos. Por ello, necesita invertir en el recurso más preciado que tiene, el humano, a fin de poder mantener su economía de mercado. De hecho, el gasto en educación supone alrededor del 20% del presupuesto nacional anual, lo que supone un 3% de su PIB.

El profesor es una figura de gran relevancia social, respetado y con salarios muy elevados (reciben incluso incentivos por los puestos que obtienen las escuelas en las que trabajan en determinados rankings). Son personas que han tenido un rendimiento muy alto durante su etapa escolar y cuya formación universitaria es 100% becada.

Su sistema educativo es marcadamente meritocrático, puesto que los alumnos son evaluados al final de cada etapa  y en función de su nivel de competencia, en cada etapa, se incluyen en diferentes variantes. Además los estudiantes con las mejores calificaciones son enviados a los mejores centros y las mejores universidades.  Se prioriza le eficiencia a la equidad.

En Singapur los niños pueden estudiar desde los 4 años, generalmente en guarderías privadas, aunque la educación no es formal y obligatoria hasta los 6. En la etapa de primaria, que dura 6 años,  los singapurenses estudian las asignaturas de inglés, matemáticas y su lengua materna (malayo, mandarín y tamil); a partir del cuarto la educación está orientada a la etapa de secundaria. Al final de esta etapa, los estudiantes se someten a un examen, el Primary School Leaving Examination ( PSLE) y en función del resultado obtenido, los alumnos reciben diferentes  tipos de formación en secundaria.

En la etapa de secundaria, con el objetivo de aumentar la flexibilidad y responder a las individualidades de cada alumno, se ofertan diferentes programas:
·         Académica: para aquellos estudiantes con una trayectoria enfocada a estudios universitarios.
·         Técnica: Se incluyen los alumnos que no está muy clara su orientación futura. Los estudiantes de este programa pueden terminar en una educación profesionalizante o acudir a la universidad.
·         Express : se incluye alumnado con altas capacidades.
·         Especializado: orientado a potenciar capacidades de alumnos “talentosos”, que destacan en algún área concreta (especialmente en arte y deporte).

Cuando terminan la secundaria, que dura 4 cursos,  los singapurenses han de superar de nuevo una prueba de competencia y como en la etapa anterior, se ofrecen distintas opciones para los estudiantes en función de sus resultados:
·         Preparatoria académica : camino universitario.
·         Educación politécnica: orientada al mundo laboral.
·         Educación normalista.

 Los estudiantes pasan en esta etapa 3 cursos y a pesar de que los modelos educativos son diferentes los alumnos en ocasiones pueden cambiar de uno a otro. Por ejemplo, un alumno de educación politécnica podrá acudir a la universidad pero los criterios de admisión no serán los mismos que para alguien de preparatoria académica.

En la educación española no existe esta subdivisión en cada una de las etapas, sino que todos los alumnos pasan por primaria y secundaria de manera obligatoria y generalizada y todos reciben la misma formación, exceptuando las escasas materias optativas en estas etapas.

Otra diferencia fundamental  es que mientras en España se plantea el sistema educativo en base a ideologías políticas, en Singapur están orientados por el pragmatismo, buscan la eficiencia y que la formación que reciban los alumnos les prepare para el desempeño de sus futuros puestos de trabajo.

Como consecuencia de la meritocracia en que se basa su sistema,  los singapurenses están constantemente sometidos a una situación de intensa competencia y los alumnos pasan la mayoría de su infancia sometidos a un elevado nivel de estrés para dar respuesta a las exigencias escolares. No obstante, aprenden de manera temprana la competencia que existe en el mundo actual y cuando terminan la etapa educativa, son personas competentes en su puesto de trabajo.





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