En esta entrada vamos a analizar qué estrategia podemos
utilizar para implantar las normas de la clase y cuales serían esas normas.
Creo que para que una norma sea respetada por
los alumnos debe de ser vista por ellos como necesaria y válida, que no se
sienta como una coartación de las libertades individuales ni como una ofensa,
sino que ha sido establecida por el bien común. Para conseguir que todos asuman las normas de la clase como propias y necesarias, sería interesante hacer
un ejercicio de reflexión con los alumnos y consensuar de manera democrática,
cómo se deben comportar los miembros (tanto alumnos como profesores) en clase. Las normas acordadas son revisables, es decir, pueden variar en función de su coherencia con las demandas del contexto
Creo que las normas básicas de clase con las
que todos estarían de acuerdo serían, más o menos, las siguientes:
-
Respetar a los alumnos y profesores, tanto
compañeros de aula como de centro.
-
No llegar tarde.
-
Prestar atención, en silencio, a la persona que
está hablando.
Respetar los turnos de palabra.
-
Preguntar aquello que no se entienda.
-
Ayudar a los demás.
-
Realizar las actividades propuestas.
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